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Arquitectos: L.Oberlaender Arquitectos
- Área: 117 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Simon Bosch
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Proveedores: Alfa, Archicad, LADRILLERA OCRE
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Una cliente inteligente que está promoviendo una nueva parcelación a 2850msnm en las afueras de Bogotá, decidió que lo más sensato sería construir una casa/oficina para la familia encargada de cuidar y mantener estos terrenos. Esta casa reemplaza las porterías pomposas que se suelen construir en estos casos y marca la pauta para una arquitectura discreta en la que se privilegia el verdadero goce de las montañas, el campo y la vegetación nativa, sobre los falsos alardes típicos de los suburbios contemporáneos.
En este contexto la casa debía dar respuesta a necesidades casi contrarias: ser la cara de bienvenida para los visitantes y residentes de la parcelación y al mismo tiempo resguardar la intimidad de sus ocupantes.
La respuesta la dio una construcción que se encontraba previamente en este mismo lugar y que dado su alto deterioro era imposible de recuperar. Sin embargo su implantación tenía varias ventajas: Una planta en forma de “T” que creaba una pequeña plazoleta de entrada, una orientación ideal para que todas las dependencias recibieran el sol de la mañana y la tarde, y un trabajo del terreno originalmente inclinado en dos plataformas con niveles a 75cm de diferencia.
La planta de la nueva casa copia buena parte de la ocupación anterior aprovechando sus virtudes. Dos volúmenes con cubierta inclinada a un agua se traslapan para definir un ala doméstica y un ala con la oficina de servicio al público. Esta operación formal define la plazoleta de bienvenida que se rodea de un jardín de flores y da acceso independiente a la oficina de la parcelación y a la vivienda de los cuidanderos. La zona social de la casa articula las dos alas y se beneficia de la suma de sus cubiertas recordando la sección de un edificio industrial. Las cubiertas inclinadas definen a su vez una ventana alta y horizontal que permite la entrada del sol de la tarde a toda la casa. Las ventanas bajas en cambio son puntuales y resguardan la intimidad de la vivienda.
La casa se construye en esencia con tres materiales. Un adoquín extruido con canto de 4 cm y filos redondeados que se utiliza para la construcción de los muros y se pinta de blanco. Una tableta café oscuro para los pisos interiores y para la cubierta. Su tonalidad ayuda a captar el calor del sol durante el día garantizando una buena temperatura interior en las noches. Y por último piedra para los pisos exteriores.
En esta casa se sintetizan realidades opuestas: la presencia de lo público y lo doméstico; la entrada generosa del sol que calienta los espacios y el control de la intimidad por aperturas controladas; la lectura icónica y literal de la casa para aquellos que la viven como tal y la abstracción geométrica de un objeto cuya función es ser la puerta de entrada a un nuevo lugar.